jueves, 4 de junio de 2015

David Crespo "Katathlón" en Galería Cero (Madrid)


Katathlón exposición de David Crespo en Galería Cero que puede ser visitada hasta el 11 de junio. Una de las mejores exposiciones vistas en esta Galería hasta la fecha. Intensa y muy bien diseñada y montada la exposición nos muestra el último conjunto de piezas tanto documentales, escultóricas como videoinstalaciones de David Crespo realizadas este último año sobre diversas disciplinas olímpicas versionadas en un terreno postapocalíptico. El escenario escogido para realizar las acciones no puede estar mejor elegido, un descampado y los restos de una nave de polígono industrial de la que ya solo quedan restos de alguna pared en pie y las marcas del suelo de hormigón que tuvo. Estas ruinas son al igual que las ruinas que quedaron de los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004 una metáfora de los tiempos que corren muy literal.
Después de su paso por París en abril dentro del festival Do Disturb!, y antes de su llegada al pueblo cordobés de El Carpio dentro de las Jornadas de Creación Scarpia XIV el próximo mes de julio, David hace escala en Madrid presentando esta recomendable exposición en Galería Cero
A continuación el fantástico texto realizado por la comisaria Nerea Ubieto con motivo de la exposición. 


Lucha Baloncesto


Para visitar la exposición: 
C/ Fuenterrabia 13. Madrid. +34 91 552 99 99
Horario: Lunes a Viernes 08:30 - 14:30 / 16:30 - 22:00
http://www.galeriacero.com/contacto

 Stills del vídeo Disco Ciclismo presente en la exposición.
http://www.iamdavidcrespo.com/search/label/Pentatl%C3%B3n%20%282015%29
 Salto Tenis

 Jabalina Pesca

 Stadion Backgammon
 Archivo Pentatlón


Katathlón (Pentatlón), diseño de cartelería por Christian Fernández Mirón.
http://www.fernandezmiron.com/

'Katathlón' por Nerea Ubieto 

La idílica imagen que atesoramos de la Antigua Grecia está ciertamente alejada de la que asociamos con la Grecia contemporánea. Todos hemos estudiado sus orígenes y su cultura, base de la civilización occidental, como una de las cúspides indiscutibles del arte, la filosofía, la política y el deporte. Su influencia fue capital para el Imperio Romano, el Renacimiento o el movimiento Neoclásico en el siglo XVIII. Sin embargo, lo que un día fue referente, en la actualidad provoca rechazo y desconfianza.

En los últimos años, nos hemos cansado de escuchar al gobierno proclamar a los cuatro vientos: no somos Grecia. Desde luego, la equiparación de España con el país heleno no interesa puesto que supone un vínculo irremediable con los conceptos que resuenan tras su realidad reciente y, en gran medida, vigente: rescate, deuda, corrupción, paro, revueltas… Al final va a resultar que sí somos Grecia. David Crespo considera ésta relación obvia y sabe que, traer la situación griega a un primer plano, supone hacernos reflexionar sobre la propia. No olvidemos lo que fuimos y donde estamos ahora.

El nombre de la exposición, Katathlón, surge de la fusión de dos palabras, ambas derivadas del griego: katastrophe que significa ruina, destrucción -y pentatlon-, competición atlética que constaba de cinco partes. El primer término alude, por un lado, a la cuestión que veníamos refiriendo de la crisis griega y, por otro, al costoso y enrevesado proceso de investigación llevado a cabo por el artista para realizar este proyecto. No me resisto a mencionar que una de las opciones expositivas alternativas consistía en desparramar todas las piezas por el suelo, evidenciando el caos al que había llegado y poniendo de relieve lo inesperado, factor que sobrevuela toda la muestra. 

El segundo vocablo contenido en el título, pentatlón, es el que define el grueso del trabajo. Esta modalidad deportiva era, en la Grecia del culto al cuerpo, la prueba reina por ejercitar múltiples capacidades como la velocidad, la fuerza, el equilibrio, la destreza o la resistencia. Los pentatletas se reputaban superiores a los demás y su entrenamiento en las cinco disciplinas – estadio (carrera), lucha, salto de longitud, lanzamiento de jabalina y de disco- estaba incluido en el servicio militar. La pericia en ejecutarlas determinaba su validez en el campo de batalla, considerándose a los atletas destacados en esta competición como los mejores guerreros.

Poco o nada queda ahora del esplendor que rezumaban aquellos campeonatos de la Antigüedad. Quizá, la celebración de los Juegos Olímpicos en Grecia en el 2004, nada más entrar en la Eurozona, fue el último coletazo de brillantez antes de la hecatombe económica. Las formas de ocio que proliferan en el momento actual son bien diferentes, en cierta medida condicionadas por las circunstancias de precariedad. David Crespo, durante su estancia en Atenas y Tesalónica, se ha parado a analizar los deportes o modos de recreo más populares en  el presente y ha establecido correspondencias con las cinco pruebas originales para crear un nuevo pentatlón.

Las asociaciones pueden resultar básicas o incluso absurdas, pero responden a una necesidad de construir un diálogo entre las disciplinas antiguas y las de nuestro tiempo. De hecho, aquel que sepa manejarse con habilidad en estas nuevas artes creadas por el artista, será laureado con la que podría ser la condecoración por excelencia de nuestros días: la de buen revolucionario. De ahí que todas las prácticas contengan elementos agitadores, presentes en las piezas. La exposición se materializa en cinco vídeos, cargados de humor e irracionalidad, en los que se practican las pruebas; cinco instalaciones, entre lo dramático y lo irónico, que son el vestigio de las grabaciones; y cinco archivos de imágenes pertenecientes a cada una de las disciplinas. La primera, estadio, consiste en una carrera de 192 metros y se relaciona con el backgammon, uno de los juegos más divulgados en Grecia cuyas partidas se caracterizan por su larga duración. Crespo ha dispuesto 8 tableros, uno de ellos explotado con un petardo, en los que la suma de sus casillas es precisamente 192, estableciendo así un paralelismo entre la pesadez de ambos ejercicios. La lucha encuentra su aliado en el baloncesto a través del combate deportivo dentro del partido. En la instalación, reducida a una cubeta y un balón sobre una peana, la fuerza se concentra en la simplicidad y el impacto visual. El tenis se asocia con el salto de longitud al conectar las raquetas con las halteras, piedras que utilizaban los antiguos atletas para impulsarse. En la pieza, la estructura que debería guardar pelotas de tenis, esta llena de cócteles molotov. La esbeltez de la jabalina se equipara con la de la caña utilizada para pescar, una actividad que también ha proliferado en las ciudades citadas y que es más bien una excusa para reunirse. En la sala encontramos una caña incrustada en el parabrisas de un coche teledirigido de policía, símbolo indiscutible de las revueltas. El mando del artefacto está a disposición del público para que puedan estamparlo contra la pared hasta que, desgastado, se quede sin pilas. Por último, el lanzamiento de disco se vincula a la bicicleta por la circularidad de sus componentes fundamentales. La escultura consiste en una rueda y dos lámparas, una que ilumina y otra rota llena de sisa, droga conocida como “mata pobres”, que evidencia la desesperación en la que está sumida el país. 

En los vídeos, los protagonistas van ataviados con vestimentas que aluden a diferentes grupos revolucionarios como el Pink Block o el Black Block, enfatizando el perfil alborotador de las acciones, que por otro lado rozan lo cómico. Siguiendo la línea de sus últimos trabajos, David Crespo utiliza el deporte como herramienta y excusa para abordar problemáticas sociales desde una perspectiva colateral. Las formas de entrenamiento y los pasatiempos que desarrolla una colectividad tienen que ver con las necesidades y los medios de los que disponen en cada momento. Las condiciones pueden ser buenas en un periodo determinado, pero eso no garantiza que vaya a ser siempre así, véase el caso de Grecia: poco a poco las malas gestiones se acumulan, las coincidencias se juntan, el clima se turbia, los cambios no favorecen y…¡cataplúm! Todo se desmorona. 

Nerea Ubieto  
Casualmente estos mismos días que David Crespo nos propone su trabajo dentro de Galería Cero en la cercana ciudad de Alcalá de Henares dentro del Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid podemos también contemplar otras piezas "made in Grecia" dentro de la muestra:  "Dioses, héroes y atletas. La imagen del cuerpo en la Grecia antigua".
 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/03/18/madrid/1426709627_350488.html




La asombrosa idea de ofrecer a la vista pública un cuerpo desnudo fue griega. Que una sociedad vestida exhiba a sus dioses, héroes y atletas desnudos en santuarios, ágoras o necrópolis es algo inusual, insólito y extraordinario. Que además invente un desnudo irreal e imposible, con una fuerte apariencia de veracidad, del que deriva miles de años después nuestra forma de representar, de entender y de mirar el cuerpo humano, es una hazaña.
 
Lugar: Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid
Fecha: Hasta el 26 de julio de 2015.
Hora: Martes a sábado de 11.00 a 19.00 h. Domingos y festivos de 11.00 a 15.00 h. Lunes cerrado. Acesso gratuito. Visitas guiadas gratuitas: Los pases tendrán lugar los sábados y domingos en dos sesiones, una a las 11:00 y otra a las 12:30 h., con una duración de una hora y con un máximo de veinticinco participantes cada una. Las personas interesadas pueden hacer su reserva a través del teléfono 91.879.66.66
El cuerpo de gimnasio
Un bello cuerpo masculino en la percepción contemporánea es el de un joven de hombros anchos, pecho desarrollado y abdominales marcados. Este cuerpo atlético, musculado, modelado con sistemas de ejercicio y perfeccionamiento físico, es el espejo en el que se miran muchos jóvenes y que da lugar a nuestra cultura de gimnasio. El resultado es un cuerpo moderno, deudor e inseparable de la visión del cuerpo antiguo.
La invención. El desnudo
Nuestra forma de mirar tiene su origen en la Grecia antigua. Allí se ideó un desnudo para ser visto en público: un bello cuerpo masculino que, siendo una construcción intelectual, seduce nuestra mirada por su alto grado de veracidad naturalista.
La belleza que inventan los griegos es una imagen artificial e intelectual, una versión de un cuerpo de varón anómalo porque no es lo común, extraño porque es imposible y noble porque representa a criaturas excelentes, virtuosas y, hasta cierto punto, inmortales.
La imagen del cuerpo que inventaron los griegos se concibió paradójicamente como un vestido. Sólo los hombres se desnudan, sólo lo hacen los griegos y sólo aquellos que tienen cuerpos ejercitados a diario en la palestra, es decir, los hombres libres que poseen tiempo para el ocio.
Dioses, atletas y héroes
No hay una gran diferencia entre la naturaleza y el aspecto físico de los seres divinos y de los hombres. Se distinguen los dioses por ser inmortales, por su enorme fuerza y altura y por su incorruptible e imperecedera belleza. Pero comparten con los hombres defectos y pasiones, como amores prohibidos, odios y celos.
La perfección física y la excelencia moral pertenecen, más que a ningún otro, al héroe. Hombre mortal que alcanza la inmortalidad a través de la gloria, de la alabanza de poetas y artistas y perdura durante siglos en la memoria de los vivos.
El héroe, el varón excelente, combina juventud y belleza incluso después de la muerte. Morir joven y bello, caer en combate en las primeras filas luchando por la patria, es una hermosa forma de encontrar la muerte.
Aunque el desnudo no es ni mucho menos un hecho cotidiano en el mundo griego, sí era posible ver cuerpos desnudos en sus ciudades. El atleta griego practicaba ejercicio desnudo (gymnós) en espacios reservados para ello: los gimnasios. Los cuerpos de los atletas son vigorosos, duros y articulados, bellos como estatuas y pertenecen a hombres íntegros, valientes, resistentes, que se afanan indeciblemente, con privaciones y sufrimientos, por conquistar la victoria.
El desnudo femenino
El primer desnudo público de un cuerpo de mujer se debe al escultor Praxíteles ya en el siglo IV a.C., varios siglos después que el de varón, y representa a Afrodita. La diosa se acaba de lavar o va a hacerlo cuando es sorprendida y se cubre con las manos. El espectador se convierte en voyeur. El desnudo femenino, que es más bien un desvestido circunstancial, nos lleva al mundo de lo humano y al deseo erótico y esto, también en cierto sentido, ha pasado a formar parte de nuestra memoria visual.
La fealdad, la burla y la caricatura
La fealdad es la ausencia de lo bello, su contrario, tanto étnico como social. En Grecia lo feo se expresa como antítesis de lo bello, tanto en lo estético como en lo ético. Si el cuerpo bello heroíza, la fealdad muestra al antihéroe. Provocan espanto y risa. Son el contramodelo del hombre ciudadano, son esclavos, bárbaros, viejos o deformes.
El desnudo en las Academias
Las estatuas clásicas se estudian, copian y dibujan en los siglos XVIII y XIX en los talleres de los artistas y en las Academias. En el ámbito académico el ideal de belleza es el de la escultura clásica o el del modelo que adopta una postura adecuada, similar al tipo escultórico. Primero en las Academias y después en las escuelas y facultades de Bellas Artes se enseñaba a los alumnos, como parte de la formación artística, el “dibujo del antiguo y del natural”.

Texto extraído de la página web oficial de la muestra: http://www.madrid.org/cs/Satellite?c=MUSE_Actividad_FA&cid=1354413073374&pageid=1161326540454&pagename=Museos/MUSE_Actividad_FA/MUSE_actividad