sesenta y seis sitios
desapercibidos, genéricos, vacíos.
Recorremos la periferia, edificada en los márgenes, y deambulamos por la nueva configuración de la ciudad, clonada y gris. Así, al apropiarnos de la repetición urbana, asoma una cartografía del espacio genérico, la topografía del suburbio global.
Pero el paseo espacia los sitios elegidos, desoculta la periferia y abre claros en la ciudad genérica mientras emerge la belleza encontrada en la arquitectura del error.
http://www.arantzaelejabeitia.com/sesenta-y-seis-sitios/
La fotógrafa Arantza Elejabeitia reivindica en “Sesenta y seis sitios” la periferia de las ciudades como los lugares donde habitan los individuos y se vertebran las sociedades. Una cuidada edición de imágenes en la que la belleza del no-lugar emerge a partir de un ejercicio de repetición y búsqueda de similitudes estéticas de ciudades muy alejadas entre sí.
¿Cómo surge la idea de recopilar esta colección de imágenes de entornos urbanos de diferentes ciudades indefinidos en un libro?
Llevaba un tiempo haciendo foto de arquitectura aunque no tenía muy ubicado el tema. Tras vivir seis meses en Vancouver y dos años en Lima se empezó a gestar el proyecto y tras un viaje a Nueva York, a principios de 2015, fue donde el trabajo comenzó a tomar forma cuestionándome la identidad de las ciudades, en la que la periferia es el verdadero espacio relacional de las personas. Esa parte de la ciudad no publicitada que no tiene identidad, una periferia libre y que es común en todos los lugares.
¿Cuáles serían las claves o nexos que enlazan esta serie de imágenes para que funcionen como una unidad?
Está basado en la repetición, la forma, el color, buscando pequeños detalles en la arquitectura y disposición de las construcciones de esa ciudad genérica, que son comunes en todos los lugares y que generan las mismas sensaciones.
¿Tenías una idea preconcebida del tipo de paisajes urbanos, composición y colores que aparecerían en las imágenes o esos nexos de unión que hacen funcionar al conjunto como una unidad entre ellas han sido fruto de una edición a partir de múltiples imágenes buscando similitudes?
Empecé a hacer fotos de manera muy intuitiva, sin estar muy segura al principio de adónde me dirigía o qué quería hacer con todas estas imágenes de arquitectura que iba tomando. Fue cuando la
editorial Aia me propuso hacer un libro con todo ello cuando comencé una edición juntando todo el material que tenía acumulado hasta entonces y poco a poco fui encontrando nexos entre las imágenes hasta juntarme con esta colección de sesenta y seis fotografías que componen el libro.
¿Cabe una interpretación política o de crítica hacia los lugares en los que los ciudadanos vivimos o la intención última no va más allá de componer una estética del no-lugar?
No lo veo como foto denuncia. Veo belleza en estos lugares y quiero otorgarles un valor. Por otro lado estoy reflexionando sobre la idea del paisaje como construcción social, cómo solo reconocemos como paisaje los lugares que encajan dentro de unos cánones estéticos predefinidos. El discurso político de este trabajo sería denunciar cómo el abismo entre esos paisajes ideales y el paisaje real que vemos a diario y que es la verdadera ciudad, la ciudad habitada.
La elección de fotografiar en analógico, ¿te sientes más cómoda con esa aparente restricción? ¿La imagen final sobre papel presenta un mejor acabado?
Tiene mucho que ver con mi forma de trabajar, con el paseo, la deriva… me gusta salir y utilizar una cámara muy sencilla que me da la libertad de centrarme en el paseo. Sí uso a veces una digital pero me siento más cómoda con la analógica. Solo necesito, pasear, mirar, días nublados y poder centrarme en mirar.
Texto de David Tijero y fotografía de Gonzalo Paniego para
AUX Magazine.
http://www.auxmagazine.com/5440/66-sitios-reivindicando-la-belleza-de-la-periferia/